Te has preguntado ¿Cuántas veces al día te quejas?

Y te pregunto ¿sirve de algo quejarte? ¿solucionas algo? O simplemente te sientes menos frustrada quejándote? Logras liberar esa ira por algo quejándote? Pues bien, tal vez así sea, no te has dado cuenta que inconscientemente esa es la salida que busca tu cerebro para expresar un malestar cuando algo no cumple con nuestras expectativas. Sentimos que el otro, o Dios, o el universo nos está fastidiando, pero lo cierto es que nadie nos puede hacer nada, las cosas solo tienen poder en ti porque tú les estás regalando el poder de tu atención.

El tráfico te molesta, te sientes fatigada por tu pareja, por tus hijos, por tu jefe o tu trabajo, en fin tantas cosas por las que nos quejamos a diario y ni nos damos cuenta. Esto suele suceder por que estamos fijándonos en el exterior sin darnos cuenta cómo está nuestro interior.

Recuerdas la Ley del Espejo de la que hablamos en el blog pasado? Tal vez puedes comenzar por ahí! Esa puede ser la clave! una ley universal dice que atraemos a nuestra vida todo aquello a lo que prestamos más atención. Entonces… Si me quejo, estoy prestando atención a mis pensamientos negativos, y voy a atraer todavía más de aquello de lo que me estoy quejando. Así sentimos que teníamos razón, nos quejaremos más, y entraremos en un espiral sin fondo.

Cuando nos quejamos asumimos que no tenemos ninguna responsabilidad en lo que pasa, y por tanto renunciamos al poder de cambiarlo y de crear una nueva realidad, convirtiéndonos en víctimas!

Nuestro cerebro es tan perfecto que no es sino enseñarle una conducta y él sigue trabajando sin que se lo digamos, de tal forma que nuestro inconsciente prácticamente llega a controlarnos sin percatarnos de ello. Creamos conexiones neuronales que nos hacen reaccionar automáticamente con más queja y negatividad ante situaciones similares.

Cuando pensamos en una queja, esta conexión neuronal también llamada sinapsis se activa y desencadena una reacción de estrés, miedo o ansiedad (lo cual no es saludable para nadie!)

Entonces, si hacemos conciencia de ello podemos buscar una solución y tomar acción, sin quejarnos y volvernos más efectivos. Además, como también somos como imanes atraeremos a nuestro entorno personas más positivas, ¿has notado que la gente feliz no se anda quejando? Eso no quiere decir que tengan una vida perfecta y sin problemas que superar, sino que han hecho conciencia en qué es lo que tienen que trabajar y que la actitud frente a la vida no puede ser estarse quejando sin resolver nada.

Ahora, dejar de quejarse tampoco significa ser un monigote, que hagan contigo lo que quieran, o quedarte con tus frustraciones atoradas en la garganta, significa ser consciente de lo que no te gusta, buscar una solución y tomar acción.

Es probable que estés pensando que muchas de tus quejas son situaciones en las que tú no tienes nada que ver, o que simplemente no dependen de ti directamente para mejorarlas, pero, te equivocas…

¿Cómo puedes hacerlo?

  • Presta atención a tus conversaciones e identifica la cantidad de quejas que dices o que escuchas en una conversación. Pregúntate si son necesarias y cómo podrías convertirlas en algo positivo.
  • Has consciencia cuando empieces a expresar o pensar una queja, para y conviértela en algo positivo o de gratitud. Muchas veces intentar eliminar un pensamiento negativo puede ser misión imposible, pero recuerda que tu cerebro es conducta refleja y automática, así que solo necesitas entrenarlo en positivo y tus conexiones neuronales seguirán siendo positivas.

Encontrar el lado bueno al asunto relaja a tu cerebro y te da tranquilidad, sólo requieres de una buena dosis de creatividad que se traducirá en una mayor capacidad para resolver problemas.

  • Pero si ya lanzaste la queja…aporta algo positivo, algunos colegas le llaman una queja ecológica, incluye una solución, una idea para mejorar, una reflexión o una enseñanza. De esta forma tu queja es ecológica: le aporta algo a la gente de tu alrededor (y no contaminas).
  • Medita: Unos minutos de meditación al día entrenan tu capacidad para no reaccionar tan bruscamente frente a las situaciones de la vida.

Recuerda, nuestra mente es tan poderosa que solo falta intentarlo para comprender que dejar de quejarse cambia tu entorno. Yo lo he experimentado! Ahora hazlo tú! Comienza por cosas pequeñas hasta llegar a lo que más te cuesta y te darás cuenta que eres capaz de sobrepasar lo que nunca imaginaste!

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