El foco central de esta terapia está en crear consciencia de la importancia de los sentimientos que tiene la madre durante toda la etapa de gestación y cómo estos pueden llegar a afectar a sus bebés a lo largo de su vida.
Cuando se aplica esta terapia, la energía reiki actúa directamente en las células de nuestro cuerpo, aumentando su vibración energética y provocando una descarga bioquímica saludable de endorfinas y dopaminas, que son las hormonas de la felicidad, permitiendo así que la madre entre en un estado de relajación y bienestar integral que, además, contribuye a la sana formación del bebé.
La energía vital que se trabaja en el reiki también ayuda al desarrollo físico y emocional del bebé. Los expertos aseguran que aquellos bebés que han recibido reiki durante el embarazo son más tranquilos y equilibrados emocionalmente.