“No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento”.
Dr. Miguel Ruiz
(Nagual del linaje de los Guerreros del Águila)
La base del entendimiento del “otro” radica en el auto-entendimiento, la felicidad sin influencias externas es posible en la medida que seamos capaces de discernir que todo lo que necesitamos está dentro de nosotros mismos. Los seres humanos sin excepción tenemos un intrincado sistema de creencias, algo llamado sueño externo que no es más que todo aquello que aprendemos a través de nuestros predecesores (padres, abuelos, maestros, etc) y quienes son los encargados de enseñarnos a soñar de la forma en que lo hace la sociedad, piénsalo, no hemos escogido nada, ni la religión, ni el idioma, ni los valores, todo estaba ahí antes de nacer, no se nos ha dado la oportunidad de elegir ni uno solo de estos acuerdos.
Para recuperar nuestra capacidad innata de soñar debemos ser valientes y desafiar nuestro propio esquema de creencias, ya que si bien es cierto que no las escogimos si las aceptamos y este acuerdo tiene tal poder que hace aparecer la culpa y la vergüenza propios de quien rompe las reglas, porque aunque sabemos que el concepto está errado persistimos en el error porque es mayor el miedo de arriesgarnos a vivir libremente.
Nuestra existencia gira en torno a tratar de satisfacer las exigencias de otras personas, nos da pánico ser quienes realmente somos, liberar nuestra esencia y vivir la vida sin el yugo del temor de la falta de aceptación. Tu vida no es más que un sueño, una cantidad de acuerdos con terceros que definen los acuerdos que tienes contigo mismo, esos que dictaminan quién eres, qué crees, que quieres, que sientes, cómo debes comportarte y más importante aún los que te permiten creer que eres o no capaz de hacer, marcan el límite de lo posible y lo imposible y te encasillan en una “definición” errada de ti mismo y tus capacidades.
Muchos de los acuerdos que tenemos nos hacen vivir experiencias no tan agradables y nos pueden hacer sentir impotentes, por eso se hace imprescindible romper con todo acuerdo que nos haga mal, ya que se fundamentan en el temor y el precario conocimientos de quienes formaron nuestro sistema de creencias.
Al aprender que es posible modificar el sistema de creencias, seremos capaces de conseguir el equilibrio necesario para alcanzar la felicidad, para esto debemos romper los acuerdos ya establecidos, dejar a un lado el ego y construir nuevos acuerdos con nosotros mismos, unos que surjan del amor que es capaz de conservar y avivar la energía. Si has llegado hasta este punto, te estarás preguntando cómo es posible hacer esto?, pues bien, la respuesta es sencilla, utilizando el conocimiento ancestral que nos dejaron los Toltecas y poniendo en práctica los 4 acuerdos:
1. “SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS”
Todo lo que sale de tu boca es un reflejo de lo que es el esquema de creencias que tienes, pero más allá de esto debes saber que las palabras nos dan poder para crear, son intención de acción y por lo mismo al ser mal usadas tienen el poder de destruir. Ser impecable con las palabras se refiere a no utilizarlas en contra de ti mismo, a saber utilizar tu energía en dirección al reconocimiento de la verdad y amor propio, siendo consciente de que el “otro” también eres tú.
La mente humana es como un campo fértil en el que se siembran constantemente ideas, creencias, opiniones y conceptos, así que debes preparar ese terreno para sembrar solamente semillas que construyan y fortalezcan tu autoestima y la forma como te ves y te aprecias. Cuando eres impecable con tus palabras cambia la forma como te hablas a ti mismo, utilizarlas adecuadamente te dan el poder de romper todos aquellos acuerdos que te hacen sufrir, te hará ser libre, feliz y trascender. Es un acuerdo muy poderoso así que utiliza tus palabras apropiadamente.
2. “NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE”
Todos vivimos en nuestro propio sueño, por esto nuestro actuar responde a los acuerdos establecidos por nuestra propia mente correspondiendo a nuestra inherente domesticación. Tomarse las cosas personalmente, gira en torno a la expresión máxima del ego, cuando esto ocurre es porque nos sentimos agredidos y reaccionamos frente a este sentimiento generando conflictos en base a la necesidad de tener la razón.
Lo que pasamos por alto es, que cuando alguien utiliza términos ofensivos en nuestra contra, no se está refiriendo a nosotros, ya que lo que está diciendo se basa en su esquema de creencias y opiniones, por tanto se está refiriendo a sí mismo, recuerda, estamos rodeados de espejos, nosotros por tanto somos uno también para alguien más, así que es a su reflejo y se ataca a sí mismo a través de sus mismas creencias.
Al no ser capaces de discernir entre lo que es real y lo que no, asumimos que todo lo que el “otro” dice es verdad y nos convertimos en presa de esa opinión. Si no tomamos nada personalmente, seremos capaces de apartar el enojo (reacción proveniente de nuestro propio sistema de creencias); aparta el miedo que da lugar al enfado amandote y confiando en ti mismo, es la única forma de elegir correctamente.
3. “NO HAGAS SUPOSICIONES”
Uno de los grandes problemas que tenemos es que tendemos a suponer y al hacerlo le damos poder a esas suposiciones creyendo que son ciertas; esto se convierte en una reacción en cadena de comentarios mal intencionados y chismes, una forma viral de veneno que nos regamos los unos a los otros. Cuando malinterpretamos es fácil tomarse las cosas personalmente, culpando al otro, enviando veneno emocional a través de nuestras palabras ya que queremos defender nuestra posición y más aún tener la razón.
Asumir que los demás saben lo que piensas y que no es necesario decir lo que realmente quieres, al igual que ver y oir solo aquello que quieres y no las cosas como realmente son, se convierten en manifestaciones de las suposiciones que haces de ti mismo y de los acuerdos internos que se tienen para actuar de esa manera.
Al justificarte te niegas a ti mismo y esto conduce a creer que es el otro quien debe cambiar, peor aún que ese cambio se puede influenciar y moldear a tu antojo, cuando supones te mientes a ti mismo. No supongas, simplemente pregunta, hazte responsable de que las cosas sean claras, fortalece tu voluntad y establece bases sólidas para que ese nuevo hábito se desarrolle. Al ser claros, las palabras se vuelven impecables y las relaciones mejoran, transforma tu sueño y deshazte de ese acuerdo, así la magia aparecerá en tu vida atrayendo hacia ti todo lo que necesitas.
4. “HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO”
Este acuerdo es el integrador que permite que los otros tres se conviertan en hábito.
Sin importar el resultado, da todo de ti, siempre haz tu mejor esfuerzo, sin sobre exigirte ya que esto solo te agotará haciendo que tu rendimiento no sea preciso, y si en cambio haces el mínimo esfuerzo te someteras a tus propias culpas y reproches por no haber hecho lo suficiente, finalmente el resultado será el mismo, por omisión o por exceso terminarás sin alcanzar el objetivo.
El máximo esfuerzo es un acto de amor no de recompensa, cuando te gusta lo que haces lo disfrutas y al hacerlo de esta forma no estás complaciendo ni a los demás ni a tu juez interno. La acción es vivir con plenitud, expresar quien eres y producir una manifestación.
Naciste con el derecho sagrado de ser feliz, de amar y ser amado, de disfrutar y compartir tu amor, tu existencia es la prueba de la vida y la energía que te conecta con el universo. Tienes derecho a ser tú mismo y realmente lo eres cuando haces lo máximo que puedes, expresa tu propia divinidad a partir de tu vida y el amor por ti mismo. Cuando te entregas y dejas ir el pasado te permites recibir el “presente” como un obsequio del universo para disfrutar de un nuevo sueño.
Los cuatro acuerdos son una oportunidad de erradicar el dolor emocional de tu vida y abrir las puertas para disfrutarla, son una ayuda para empoderarte, volverte más fuerte y emprender el camino de la transformación, cosa que solo es posible al romper los acuerdos limitativos con los que creciste. Tu fortaleza es directamente proporcional a la cantidad de acuerdos que logres romper a lo largo del camino de conversión y trascendencia.
Ten siempre presente que los primeros tres acuerdos funcionarán si eres consciente y luego haces máximo esfuerzo, solo así lograrás lo que deseas.
Si quieres tener el PDF de los 4 acuerdos versión de bolsillo, déjame en los comentarios tu nombre, mail y WhatsApp para podértelos enviar. Un abracito lleno de luz.