Hay momentos en los que se presentan situaciones a las que debemos dar solución y tomar una decisión. Pero mientras eso pasa no sabemos cómo dejar la mente quieta… tenemos conversaciones mentales todo el tiempo, pensando qué le diremos a alguien, cómo refutaremos; maquinamos infinidad de posibilidades, volvemos a pensar qué decir tratando de buscar que todo salga como queremos y creemos que debe ser ¡y en el fondo no está mal! Porque recordemos que cuando la intención se repite, es más probable que la conciencia universal permita que llegue lo que tanto anhelamos y se manifieste de forma física.

Solemos pensar que hay milagros y que pasan cosas que anhelamos pero que creemos nunca pasarán ¡y no! Resulta que somos nosotros mismos, con nuestra fuerza mental, que hacemos que sucedan. Deepak Chopra, en su libro “Sincro Destino” nos lo recuerda así “Más allá de tu ser físico, más allá de tus pensamientos y emociones, en tu interior hay un reino que es potencial puro; desde este lugar, cualquier cosa y todas las cosas son posibles. Incluso los milagros, en especial los milagros. Esta parte de ti, se entreteje con todo lo que existe y existirá”.

Así que cuando continuamos con ese torrente de pensamientos que se puede convertir en un gran componente negativo, llegando a ser un hábito en nuestro diario vivir y de manera inconsciente debemos revisar. Y lo que necesitamos en este momento es aprender a ser conscientes, como lo describe el emprendedor Juan Andrés Núñez “en nuestro interior hay un inmenso ecosistema de emociones y pensamientos entrelazados, patrones psicológicos que se repiten constantemente y que gobiernan nuestras acciones, pero de los que nunca somos conscientes”.

¿Y qué es ser consciente? Es interpretar cada acción o pensamiento, es hacerlo visible en nosotros mismos, es reconocer ese actuar y comprender que muchas veces lo único que estamos haciendo es seguir patrones que hemos aprendido en el trasegar de la vida.

¡Hemos creado hábitos toda la vida! Desde cómo respirar, hasta cómo responder ante determinadas situaciones. Pero alguna vez te has detenido a preguntar ¿cómo respiras? ¿Sólo pensarlo hace que te detengas a revisar cómo estás respirando no? Pues bien, lo mismo ha de ser con tu actuar… ¿por qué reacciono de esta forma o de aquella, en realidad eso es lo que yo haría o es lo que toda mi vida he visto que todos hacen?

Y entre tantas preguntas… cómo carajos hago para cambiar, ser consciente, ¡conocerme y empezar! Si ya llegaste hasta aquí es porque estás buscando ese cambio, entonces ¿cuál es el siguiente paso?

Aunque todos buscamos caminos afines a nuestro sentir, yo les sugiero explorar en la meditación, es necesario crear el hábito de meditar todos los días, y por qué hablo de crear un hábito, porque los seres humanos solemos iniciar algo y no le damos continuidad, eso nos da disciplina y autocontrol, factores fundamentales para cualquier proyecto que emprendamos.

De acuerdo con los expertos, un hábito tarda en formarse aproximadamente entre 21 y 30 días, por lo que es vital durante ese periodo cumplir nuestro hábito sin interrupciones.

Entonces ayudémonos un poquito poniéndonos metas y algún incentivo que nos impulse a cumplirlas, por ejemplo, si nuestro hábito va a ser meditar todos los días a una misma hora durante un mes consecutivo y, por cualquier motivo fallas más de un día, iniciarás de nuevo desde cero. Simplemente es una ayuda que puedes diseñar para entrenar tu fuerza de voluntad.

Meditar es ser consciente del presente

Si piensas que meditar es tener la mente en blanco, tener que raparte la cabeza como un budista, adorar a alguna deidad, convertirte en vegano, estás totalmente equivocado. El único requisito es dejar todos esos estereotipos para aprender a ser consciente del momento presente. Si lo piensas, pasamos la mayoría del tiempo proyectándonos en el futuro o reviviendo el pasado. El presente —el aquí y ahora—, pasa completamente desapercibido.

Caminamos como autómatas. Nos levantamos y bañamos sin pensar. Desayunamos leyendo el teléfono celular, vamos al trabajo sin ser conscientes. Perdemos la oportunidad de estar presentes en nuestra vida, de experimentar lo que ocurre en nuestro interior, física y mentalmente.

La meditación consciente es la mejor forma de iniciar, nos enseña a centrar nuestra atención en cada una de nuestras acciones, puedes comenzar por ser consciente de tu respiración, observar cómo tus pulmones se llenan de aire y cómo lo exhalas.  Cuando centramos nuestra atención en la respiración, cuando somos conscientes de ella, el cuerpo y la mente se unen y, aunque sea por unos segundos, estás presente.

Herramientas

En la actualidad existen tantas herramientas como queramos, en internet podemos encontrar infinidad de tutoriales y guías que te pueden ayudar en la fase inicial para empezar a meditar de forma guiada. Bastan diez minutos diarios para darte cuenta que puedes cambiar tu vida y la de los que te rodean. No hay sólo un tipo de meditación, es cuestión de encontrar aquella con la que te sientas más cómodo.

¡No tengo tiempo!

¡Bah! Si tienes tiempo para leer un artículo acerca de la meditación hasta el final es que tienes tiempo suficiente para meditar. Piensa en todos esos minutos empleados cada día en navegar en Internet, ver la tele, etc. sin duda podrás encontrar 20 minutos para mejorar tu vida.

Vamos, hoy te puedo decir que cuando comencé a meditar, no sabía que también mejoraría mi salud, me sentiría más feliz y más exitosa. Solo comienza, espera, se paciente porque encontrarás momentos de silencio puro que te permitirán conocer tu alma y expandir tu conciencia.

Y no olvides… con la mente creas milagros que has soñado.