¿Alguna vez has visto la película “los niños del cielo”? A mí me encanta por qué entramos en contacto con los simbolismos asociados al dar y recibir, a la humildad, la renuncia, la intención detrás de la acción, la gratificación que se siente al ayudar a otro y dar todo de sí para hacer feliz a alguien más. Partamos del principio que los niños son abundantes, están en plena capacidad de disfrutar lo que viven y lo que poseen (así sea lo mínimo como los protagonistas de la película) porque tienen la seguridad de que lo que necesitan les va a llegar. Viven el aquí y el ahora con la tranquilidad interior que les permite tener la confianza de que pueden conseguir lo que quieran y aprovechar las oportunidades que se les presenten, porque tienen confianza en sí mismos y en que recibirán de alguna forma lo que están pidiendo o deseando (necesitando).
Cuando hablamos de la ley de dar y recibir, nos referimos a que todo aquello que damos vuelve a nosotros, nuestras decisiones, pensamientos y actitudes generan una energía que se devuelve. En este punto queremos hacer una precisión y es que lo que se devuelve es la intención con la que hacemos las cosas, por ejemplo si haces mensualmente una donación a una fundación benéfica, debes ser consciente de la razón por la que lo haces, ¿es por la satisfacción de ayudar a alguien o por qué esperas el reconocimiento de terceros por tus buenas acciones?, es a esto a lo que nos referimos cuando hablamos de la intención con la que obramos, ya que cuando se tiene la intención de dar debe ser para compartir bienestar, crear felicidad para quien da y para quien recibe, siendo conscientes que la retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón, se debe sentir alegría en el mismo acto de dar, así que sé abundante en tus acciones y recibirás abundancia, conéctate con la intención del amor y vive a conciencia.
Al dar activamos la corriente energética del universo que es un flujo de intercambio dinámico, mantendremos la abundancia circulando en nuestra vida en la medida que estemos dispuestos a dar aquello que buscamos, nada es estático, nuestra energía es una expresión de la energía del cosmos, el flujo de la vida es una interacción armoniosa de los elementos y fuerzas que la conforman, cuanto más demos más recibiremos porque mantendremos la abundancia del universo circulando a nuestro alrededor, todo lo que tiene valor en la vida se multiplica solamente cuanto es dado.
Ahora bien, esta ley habla sobre dos acciones que están ligadas entre sí, debemos dar y recibir para mantener la circulación de la abundancia de forma constante, toda relación involucra la acción del dar y la acción del recibir ya que son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo y si se detiene el flujo de uno de los dos obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza. Culturalmente nos han enseñado que siempre es más importante dar y que no es correcto recibir, pero debemos tener en cuenta que si fuera más importante el dar, y todos dieramos sin medida, quien quedaría entonces para recibir? es tan importante dar como recibir con agradecimiento, porque cuando recibes le estás permitiendo a otro dar; recuerda, el universo opera a través de un intercambio dinámico y equilibrado, tú no puedes dar demasiado de tal forma que te desocupes ni recibir de tal forma que no tengas nada para dar. “Dar lo que quieres recibir te centra y el equilibrio entre dar y recibir te armoniza”.
Te invitamos a reflexionar sobre tus acciones y a entrar en conciencia de la intención con la que das, debes ser lo que quieres atraer ya que cosecharás lo que siembres; Pide al universo la oportunidad de servir a las personas que corresponde en el momento adecuado ya que no todo el mundo quiere ayuda ni todo el que la pide está dispuesto a recibirla. Una de las mejores maneras de iniciar la ley del dar es tomando la decisión de que cada vez que entres en contacto con una persona le darás algo, no necesariamente debe ser de carácter material, el dar está en cosas tan sencillas como prestar atención, dar un cumplido, dar afecto y aprecio, es lo que se considera como generosidad silenciosa que es muy poderosa para ayudarte a ser la mejor versión de ti mismos cada día.
“Haz consciencia de que estas sembrando cada día”
“si quieres conocer el pasado mira el presente que es su resultado. Si quieres conocer el futuro mira el presente que es su causa”
Pondremos a funcionar la ley del dar comprometiéndonos a hacer lo siguiente:
1) Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya y para cualquier persona con quien me encuentre. Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración.
Hoy les daré algo a todas las personas con quienes me encuentre, para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.
2) Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré los obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, o los aguaceros de primavera o las primeras nevadas del invierno. También estaré abierto a recibir de los demás, sea un regalo material, dinero, un elogio o una oración.
3) Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia dando y recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y amor. Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé en silencio felicidad, alegría y bienestar.